No son buenos momentos para la familia Ruiz.
Desde que el marido de Amelia les abandonó, no levanta cabeza.
Las facturas se amontonan, las tierras se están echando a perder y ese maldito gallo y su séquito de gallinas la traen por el camino de la amargura con sus malas pulgas y picotazos.
Con Lucas las cosas no van mejor, desde que su padre se fue vive triste y muy enfadado, “¿cómo ha podido hacer eso? ¿Es que nunca le hemos importado? ¡Odio a mi padre!” Siempre se oía la misma cantinela y eso a Amelia le partía el corazón.
La señora Culoprieto iba a menudo a su casa para ver si necesitaban algo y levantarle el ánimo, Agnes sabía perfectamente por lo que estaba pasando, ¡los hombres los manda el demonio!
Amelia se pasaba las noches sin dormir, le costaba estar en aquella cama donde en otros tiempos había compartido todo con aquel hombre al que aún, muy a su pesar, amaba… ¿Qué había hecho mal? No consideraba que hubiese descuidado su relación de pareja, siempre se había desvivido por él y Lucas, ¿Por qué pasó todo esto?
Aquella mañana, Amelia dio su beso a Lucas antes de irse al colegio como siempre hacía y tomó una determinación, ¡esta situación debía terminar! Llamó por teléfono y una voz de mujer contestó al otro lado. Estaba decidido, su vida iba a cambiar de rumbo.
Cuando Lucas llegó del colegio vio sorprendido que delante de la puerta de su casa había maletas y cajas amontonadas.
Lucas: ¿Mamá? ¿Qué es todo esto? ¿Qué estás haciendo?
Amelia: Lucas, nos marchamos del pueblo, tengo una entrevista de trabajo en Oasis Springs, hijo, creo que necesitamos un cambio.
Lucas no lo tomó muy bien, cierto es que maldecía a su padre siempre que podía, pero en el fondo de su corazón albergaba la esperanza de que volviera, que se diera cuenta que había cometido una estupidez y que en lugar iba a estar mejor que con él y mamá.
Lucas: Pero mamá, ¡¡no nos podemos marchar!! ¡¿Y si vuelve?! No os podréis reconciliar si tú no estás aquí…
Amelia: ¡Lucas! ¡Papá no va a volver! ¡¡Ya basta!! Este pueblo me oprime, cada rincón me recuerda a él, si sigo un segundo más aquí ¡creo que me voy a volver loca!
Lucas no quería por nada del mundo ver mal a su madre, demasiado entera estaba para la situación que tenían… así que la abrazó y recogió de la habitación el caballo que le había hecho su padre, estaba listo para marcharse a Oasis Springs.
Llegaron a una casita pequeña, pero suficiente para ellos dos.
Amelia: Lucas, tengo la entrevista en unas horas, por favor, confío plenamente en ti, pórtate bien y no abras la puerta a nadie, ¿de acuerdo?
Lucas: Descuida mamá…
Se dispuso a salir por la puerta, se giró a mirar a su pequeño y le sonrió, deseaba que todo fuese bien y Lucas pudiera tener la vida que merecía.
Después de una larga entrevista con aquella agradable mujer, Amelia había conseguido el trabajo. Oasis Springs sería su hogar a partir de este momento y solo deseaba que todo fuese a mejor a partir de ahora, ella lo merecía y Lucas mucho más, tenía ganas de volver a ver sonreír a su pequeño.
Pos que te digo? XD que me he leido Primero a Zuria y ahora estoy viendo los inicios de algunos y atando cabos xDDD
Nenaaaaa, que mamá coraje más bonita.
A veces tenemos que pasar por cosas que nos hieren y nos duelen para que nos lleguen cosas mucho mejores. Así que este nuevo comienzo en Oasis es el preludio de algo mucho mejor.
Encantada de que publiques por aquí, nena.
Ains que bonito tia un nuevo comienzo, porque el corazon aunque se parta es capaz de recomponerse❤️❤️❤️❤️