3 Corazones

Caleb estaba pensativo… no sabía si habían tomado la mejor decisión, estaba débil, era un gran hechicero pero aun así aquel bebé en su interior le arrebataba su energía, Morgyn pasaba más horas durmiendo que en pie.

Lilith: hermano, tienes que alimentarte… no puedes seguir así, ¡Morgyn es fuerte! Todo irá bien…

Caleb: lo se Lilith, lo sé… Aunque no me acostumbro a verle así… pero no es solo eso lo que me preocupa...

Y es cierto que Caleb y Morgyn tenían más problemas a sus espaldas, la relación de ambos estaba totalmente prohibida por el Clan. Nadie sabía que Morgyn vivía allí con ellos, si alguien se enterara sería el final de la familia Vatore y de Morgyn.

Caleb: Hermana, aun no entiendo como te has metido en todo este follón… lo siento tanto…

Lilith: Ni se te ocurra pedirme perdón, ¡lo eres todo para mi! ¡Y nunca me han gustado las normas del clan! ¡¡A la mierda con todos!! ¡¡Morgyn y tu merecéis ser felices!! Siempre os ayudaré en todo lo que pueda.

Caleb se alarmó… a través de la ventana vio como el jefe del clan se acercaba a su casa… tocó a la puerta.

Lilith le dejó pasar.

Vlad: Vaya querida… siempre tan rápida… ¿Dónde está tu hermano? ¿Sigue enfadado? Hace meses que no viene a entrenar, ¡es una falta de respeto y una desfachatez!

Caleb: ¡Deja a mi hermana Vladislaus! He estado entrenando con Lilith, no necesito venir a tu casa para nada…

Vladislaus Straud, el jefe del Clan Straud, solo tiene una meta en su cabeza y esa es hacer el mayor clan de Vampiros del simsmundo. Es implacable, astuto y tenaz, nadie del clan se atreve a retarlo y todos siguen sus órdenes, nunca imaginó que los Vatore fuesen capaces de desafiarlo como lo estaban haciendo.

Vlad: Claro… claro… mi querido Caleb…

En ese momento, Vladislaus paró en secó y empezó a olfatear el ambiente, algo olía diferente, un olor dulce y cálido acariciaba sus sentidos…

Vlad: ¿¿Hay alguien más en esta casa queridos?? Alguien… ¿¿HUMANO??

Caleb se alarmó "¡mierda! Está oliendo a Morgyn… no… no es a Morgyn… es al bebé que esperamos…"

Lilith actuó rápido.

Lilith: Mi querido Vlad… te noto algo tenso, creo que nos iría bien relajar esos ánimos… ya sabes… tal vez podríamos ir a tu casa…

Lo miraba con deseo y Vlad no se pudo resistir, los Vatore eran su debilidad, se besaron y salieron por la puerta dejando a Caleb plantado impotente en el salón.

Lilith no estaba enamorada de Vladislaus pero tenía algo que la ponía a 100 cada vez que se encontraban, era un enganche tóxico pero que disfrutaba hasta el último segundo.

Caleb no lograba entender esa relación y siempre pensó que ese loco la tenía embrujada, oyó unos pasos arriba y lo despertó de su ensimismamiento.

Caleb: Ey bello durmiente, ¿te despertaste?

Morgyn: Amor, te estoy dejando tan solo… lo siento tanto… no creí que fuese a llevarlo así…

Caleb: Eyy… no tienes que pedirme perdón…

A Caleb solo se le iluminaba la cara cuando estaba con él, Morgyn se había convertido en la razón de su existencia, el motivo por el que sonreír y seguir adelante.

Lilith llegó de noche, alterada y fue derecha a la habitación de Morgyn.

Lilith: Caleb, tenéis q iros, lejos, muy lejos, que no os vea nadie, que nadie sepa de vosotros. Vlad se huele que no estáis separados, he conseguido dejarlo dormido pero mis poderes no duran mucho, ¡volverá Caleb! ¡Marchaos!

Lilith vio la duda en los ojos de Caleb, estaba asustado y sabía en que estaba pensando.

Lilith: Yo estaré bien hermano, no te preocupes por mi, contactaré con vosotros cuando todo se calme pero ahora os tenéis que ir, por favor…

Caleb sabía que su hermana estaba en lo cierto, llevaba tiempo dándole vueltas a esa posibilidad. Vlad no es tonto, sabe perfectamente lo que ha olido en su casa. No había tiempo que perder, cogió a Morgyn en volandas y como pudo salió corriendo en la oscuridad de la noche sin mirar atrás.

Corrió y corrió… Hasta que llegó a una ciudad cálida y tranquila, donde, en un lugar apartado, había una casa casi derruida. Se adentró en ella y vio que llevaba tiempo deshabitada, no había muchos muebles pero por suerte había una cama destartalada donde dejar a Morgy.

Cuando lo dejó fue a inspeccionar la zona.

Caleb: ¡Perdone! ¡Señor! ¿¿Me puede decir que lugar es este??

Aquel peculiar hombre con el cabello color menta le sonrió y le contestó.

Nane: ¡Vaya! ¡Buenos días! Pues esto es Oasis Springs, ¡que tenga un agradable día!

Así que había ido a parar a Oasis Springs, no parecía un mal lugar donde tener un hijo y empezar una nueva vida junto a su amor.