22. Nuevos aires

Hoy he quedado con Tania, desde la noche discotequera no volví a quedar con ella.

Hemos ido a tomar un café en la cafetería del pueblo, cuanto tiempo sin pasar por allí ¡madre mía!

Tania: ¡Dichosos los ojos señorita perdida! Jo tía… Has estado desaparecida en combate.

Ya sé que los estudios son muy importantes, pero ni un triste mensaje nena… ¡Ya te vale!

Alani: Perdóname Tania… he tenido unos meses muy complicados, en serio.

No he levantado la cabeza de los libros.

Tania: Porque te quiero a rabiar, que si no te mandaba a tomar por culo…

Ella y su carácter. Es lo que más me gusta de Tania, no tiene filtro, lo que piensa te lo suelta y que te siente como quieras.

Es una gran tía, desvergonzada como ella sola, pero una gran tía.

Estuvimos toda la tarde de cháchara, me contó que había empezado a salir con una chica, era una amiga de su grupo en Evergreen, el tiempo trabajando en mejorar aquel lugar las había unido más de lo que ella esperaba.

Tania: Siento que estamos tan conectadas… Ya no me imagino la vida sin ella.

Íbamos a levantarnos cuando vimos aparecer por allí a Uri y Judith.

Tania abrazó a su hermano y luego a su cuñada, se llevaban francamente bien, yo los saludé y nos invitaron a otro café. La verdad es que no me apetecía estar con Uri y mucho menos con Judith, era tarde y aún tenía mucho que preparar, Tania insistió pero ciertamente no me podía quedar.

Aun no le había contado nada, estaba esperando el momento oportuno y esto precipitó las cosas.

Alani: Tania, en serio, me quedaría pero tengo mucho que preparar.

Tania: ¿Qué tienes que preparar? ¡Tía que acabas de llegar!

Alani: Me voy Tania… me han ofrecido un trabajo en SimsRobótics, es una gran oportunidad, me voy a San Myshuno.

Tania se quedó boquiabierta, le costó reaccionar.

Tania: ¿Cómo que te vas a San Myshuno? Pero será solo por unos meses ¿no?

Alani: Tania… es una oferta de trabajo estable… Me voy para no volver…

Tania: ¡Joder Alani! Hemos estado toda la tarde juntas, te he estado contando todo y ¡¿tú te ibas a pirar sin decirme nada?!

¡Vete a la mierda! ¡Tú no eres amiga ni eres nada!

¡Que te vaya bonito! Y Ya que estás puesta… Podrías casarte con tu robot, ¿no? No eres muy diferente a ese trasto sin sentimientos…

Alani: Tania… Por favor… Te lo iba a decir, pero estabas tan ilusionada contándome tus cosas que no veía el momento…

Pero se fue sin escucharme… Estaba tan enfadada…

Judith: Tranquila Alani… Tania es muy temperamental, ya la conoces, pero seguro que esta noche le da vueltas y se le pasa… Te quiere mucho…

Miré a Judith, era buena tía… Además era muy bonita, tenía una sonrisa que embelesaba y un cuerpo precioso… No me extraña que Uri esté enamorado de ella, ¿Qué tonto no lo estaría?

Uri: Alani, ¿En serio te marchas? ¿Cuándo te vas?

Alani: Mañana a medio día sale mi vuelo… por favor… ¿Podrás pedirle perdón de mi parte? Dile que yo también la quiero mucho… Me tengo que ir… Adiós.

Tenía todo listo y preparado. Papá y mamá estaban hechos un flan, su niña se iba, dejaba Windenburg, el pueblo de toda mi vida y me iba a la gran ciudad.

Liath estaba hecho un mar de lágrimas.

Liath: Jo tata… Que no es lo mismo decir que estás en el pueblo de al lado que ¡que te me vas a la Gran Ciudad! Que está lejos…

Alani: ¡Venga ya! Con el avión estoy a un tiro de piedra, y me han puesto un pisito que tiene dos habitaciones así que lo primero que haré en cuanto llegue es acondicionarla para que puedas venir a pasar findes conmigo, tranqui que te puedes traer a Yuki, eso sí… No seáis muy escandalosos ¿vale?

Liath se puso colorado.

Liath: ¡Alani!

Ya casi era el momento de salir, un taxi me vendría a recoger, seguía charlando con mis padres, bueno… mi padre pegándome el sermón de si ten cuidado con los extraños, que si no bebas de los vasos de otra gente cuando salgas, cierra la puerta con llave cuando te vayas a dormir… ¡Qué hombre más protector! Cuando de golpe tocaron a la puerta.

Papá fue a abrir y me dijo.

Zuria: Alani, aquí tienes a una personita preguntando por ti.

Cuando me acerqué a la puerta vi que Tania estaba ahí hecha un mar de lágrimas.

Le pegué un fuerte abrazo… No puedo querer más a esta cabeza loca…

Tania: Lo siento Alani… siento como te traté ayer… Me porté fatal… Pero acababas de llegar y ya me estabas diciendo que te volvías a ir… Ya sabes que me cuesta procesar…

No pude evitar reírme, es que hasta triste o enfadada tiene que soltar alguna...

Tania: Llevo toda la noche debatiendo… Buffff… No he dejado dormir a Uri… que paciencia tiene conmigo… Hoy se ha ido a trabajar con unas ojeras… Me dijo que daba igual si te ibas, que lo importante era lo mucho que nos queríamos y que siempre vamos a estar ahí la una para la otra.

La verdadera amistad no se trata de ser inseparables, sino que, aunque estemos separadas, no cambiemos nunca.

Siempre podemos quedar algún finde… Me encantaría presentarte a mi chica…

Seguimos charlando hasta que llegó el taxi que me llevaría al Aeropuerto.

Era el momento de despedirme de todo, de aquel pueblo que tantas alegrías y tantas penas me había dado.

Tocaba poner rumbo hacia una vida mejor, a seguir cumpliendo metas, objetivos. En eso se había convertido mi vida, en metas y objetivos, ensayo y error, ceros y unos…

He llegado a mi apartamento, la verdad es que no está nada, nada mal ¡oye! Es amplio, tengo pocos vecinos así que ruidos los justos y estoy en el barrio de las Especias, muy cerquita del trabajo.

He mirado el móvil y ya tenía tropecientos mensajes de familiares y amigos.

Víctor en seguida ha llegado para darme la bienvenida, hemos pedido chino para cenar y nos hemos puesto una peli de Robots (no podía ser de otra manera) para terminar la velada. A partir de ahora tocaba construir una nueva Alani, pieza a pieza, como si de un robot se tratara. Iba a lograr cumplir todos mis objetivos. ¡Estoy lista!

Ha pasado casi un mes desde que me marché de Windenburg, las cosas en la empresa me van GENIAL, estoy encantada con el trabajo, y creo que mi jefe está muy satisfecho con el trabajo que realizamos mi equipo y yo.

Víctor está en una empresa de informática que nunca recuerdo como se llama, él también está encantado.

Quedamos muy a menudo, vamos al gimnasio juntos, muchas veces se queda a cenar en casa y nos ponemos luego una peli. Siempre me he sentido a gusto a su lado.

Los demás también siguen viento en popa con sus vida.

A Taro le está yendo muy bien en Monte Komorebi, ¡este otoño se nos casa! Víctor y yo hace poco que empezamos a trabajar, así que no tenemos vacaciones este verano, pero pensamos pedir unos días para la boda, eso no nos lo perdemos ¡ni locos! Además, hace tantísimo tiempo que no estamos todos los amigos juntos, que este no puede ser mejor momento. ¡Estamos deseando que llegue el día!

Layla está trabajando de veterinaria en Brindlton Bay, le encantan los animales, da igual el que le pongas: un perro, un gato, una serpiente o una araña… lo mismo da, a todos los cuida y a todos los trata con un mimo… Me encanta…

No suele usar mucho la magia, no termina de hacerse con eso, prefiere seguir siendo una persona “normal y corriente” y se declara una VeguiVampi como sus padres y abuelo, no toma plasma de seres humanos, ni tan siquiera de los animales, tiene todo un huerto con innumerables arboles de fruta de plasma, esa es su fuente de alimentación.

Creo que entre aires acondicionados y el sofocante calor de la calle me he cogido un buen gripazo… Me encuentro como el culo, tengo fiebre, me duele todo el cuerpo y estoy congestionada, ¡genial! En pleno verano y tiritando por las esquinas, no tengo remedio.

Ha venido Víctor a echarme una mano en casa, me ha mandado a ducharme mientras él me preparaba la cena, es un encanto… Me cuida tanto… A veces me planteo si no podría vivir así siempre… Tal vez algún día me lance… Tal vez sea él quien consiga que Uri deje de dolerme.