15. Mi más mejor amigo del mundo mundial

Me he vestido con el chándal, me he peinado y he pillado un desayuno rápido. Creo que no me he lavado ni la cara y he salido zumbando a casa de Taro.

En cuanto he picado a su casa, Jordan me ha abierto la puerta con una sonrisa nerviosa en la cara, entiendo cómo debe estar… Su único hijo se va a Monte Komorebi, lo verá poco… Es un palo…

Jordan: ¡Alani! ¡Cuánto tiempo sin verte cariño! Dios mío, Taro se pondrá tan contento de que hayas venido… Te echaba de menos…

Sé que no me lo ha dicho con mala intención, pero me han escocido un poco esas últimas palabras.

Me he ido a la habitación de Taro, y ahí estaba él, sentado en su cama, contemplando su habitación por última vez.

Alani: ¡Oye quita esa cara de bobalicón que me vas a hacer reír! Y yo quería venir seria…

Taro salió de su trance y se le iluminó la cara cuando me vio.

Taro: ¡Al! ¡Has venido! ¡Pensé que ya no te vería!

Me abrazó tan fuerte que me entraron ganas de llorar otra vez. No se merecía lo que había hecho, es mi más mejor amigo del mundo mundial, ¿Cómo lo había dejado tirado de aquella manera? No me merezco que me quiera tanto…

Estuvimos hablando un rato en la habitación: del viaje, de lo nervioso que estaba... Su abuelo era severo en cuanto a la Orden se trataba, él lo había conocido como abuelo pero no como mentor, tenía miedo de no encajar, de no valer. Yo le di todos los ánimos que no tenía para mí, sabía que lo haría bien, estaba preparándose con su padre desde bien pequeño, estoy segura que cumpliría con creces las expectativas.

Decidimos salir a desayunar a la cafetería, así Taro se despedía del pueblo dando un paseo. Nos paramos en el parque, aquel parque en el que tantas horas habíamos jugado de pequeños y que habíamos charlado de más mayores. Nos sentamos, el silencio se instauró entre nosotros, no podía soportar pensar que iba a marcharse sin despedirse de mí así que decidí romperlo.

Alani: ¿Por qué no me lo has contado Taro? ¿Por qué no me has dicho que te vas a Monte Komorebi?

Taro: Tenías cosas más importantes que hacer… últimamente no te veía el pelo, te iba a buscar a tu casa y tu madre siempre me decía que estabas con Tania… El finde pasado quería pasarlo contigo pero tú ya habías hecho planes… Tu cabeza siempre está con Tania y tu corazón con esa persona de la que tanto me hablas que ni siquiera eres capaz de decirme de quién se trata…

¿Qué ha cambiado entre nosotros Al? ¿Cuándo perdiste la confianza en mí?

Sé que no me estaba reprochando nada, sé que sólo era algo que pensaba en voz alta, tal vez con un atisbo de culpa. Me sentí tan mal… No quería que Taro se sintiera así… No se lo merecía… Se me hizo un nudo en la garganta, no quería llorar, delante de él no, no se merecía irse con mal sabor de boca pero las lágrimas hicieron lo que les dio la gana…

Taro: Al… No llores, perdóname, no quería hacerte sentir mal…

Abracé muy fuerte a Taro, le pedí mil veces perdón, sé que las palabras se las lleva el viento pero lo sentía de verdad.

Cuando me recompuse se lo expliqué todo, absolutamente todo, necesitaba hablar con él de como me sentía, necesitaba que Taro entendiera que simplemente era una niña tonta enamorada hasta las trancas.

Taro: Madre mía Al… ¡Ese tío es un subnormal! ¿Le vas a contar algo a Tania?

Alani: Ni una palabra… No quiero que sepa nada Taro… Ya todo ha terminado, ¿para qué meter más mierda?

Taro: ¡Pero ese tío merece que le pongan la cara roja como un tomate! ¡Ha sido un sinvergüenza! ¡Se ha aprovechado de ti!

Alani: Taro… Te lo he contado porque creo que mereces saberlo, porque necesito que puedas entender, aunque solo sea un poquito, porque estaba tan cegada. Sé que no es excusa, pero necesitaba verle, estar con él, aunque solo fuese en la misma estancia.

Taro, no ha hecho nada que yo no quisiera hacer, si en algo debo estarle agradecida es de que nunca me forzó y me trató con mucho mimo y respeto. Si se ha enamorado de otra persona no es algo que podamos controlar… Ni él ni yo…

Hemos ido a tomar un café, seguimos hablando de nuestras cosas, todo era como antes, como si este lapso de tiempo no hubiese existido nunca… Y llegó el momento de volver… Volvía a tener un nudo en la garganta… Le di un fuerte abrazo cuando llegamos a su casa, le iba a echar tanto de menos.

Taro: Bueno, siempre puedes venir de vacaciones en verano Al… Sabes que nuestra casita siempre estará abierta para ti y tu familia.

Alani: No me lo digas dos veces Taro que me hago la maleta en un tris y ¡me marcho contigo!

Nos despedimos riéndonos como dos niños, ese era el recuerdo que quería que le quedara de mí.

Me había dejado el móvil en casa, no quería que nadie interrumpiera mis últimas horas con Taro y cuando lo he ido a coger tenía 50.000 llamadas y tropecientos mensajes de Tania.

Me decía que volvía ya a casa, que si me apetecía quedar. La verdad es que no me apetecía verla… No estaba preparada para encontrarme con él.

Le he contestado que estaba preparando las maletas, que me era imposible, me iba a pasar el verano en San Myshuno con Lucas y Joana. Ya nos veríamos en el Insti en septiembre.

Así que para hacer creíble mi trola, he hablado con papá y mamá y les he pedido si podrían hablar con Lucas y Joana para poder ir todo el verano con ellos. A papá le ha extrañado un poco mi insistencia, pero finalmente ha accedido.

¡Han hablado y no hay ningún problema! ¡Me voy a pasar todas las vacaciones en San Myshuno! Ya estoy preparando el planning de lo que quiero hacer, espero que Víctor tenga las pilas bien cargadas porque no le voy a dejar descansar en todas las vacaciones.

He llegado a San Myshuno y me han recibido con un gran abrazo, en casa estaba Amelia, era ya toda una señorita, le gusta la música como a su mami pero no había ni rastro de Víctor.

Amelia: Alani, ¿te vienes a jugar a las muñecas conmigo?

Lucas: Amelia, que Alani ya no es la niña con la que jugabas, ¡ya es toda una mujercita!

Alani: Uy, ¡no te preocupes! Estoy harta de jugar con Liath, vamos a jugar un ratito ¡va!

Mientras íbamos jugando he escuchado que Víctor había llegado, se fue a duchar y al salir ha venido a saludarme.

Víctor: ¡Al! ¡Madre mía! ¿Qué se te ha perdido por aquí tía? Si llego a saber que venías tan pronto no me hubiese ido a jugar al Baloncesto.

Me quedé sin palabras… Víctor había cambiado una barbaridad… Estaba más alto, musculado y había cambiado la voz. Me dio un fuerte abrazo y yo seguía con cara de asombro… ¿Por qué con Taro no había notado ese cambio?

Víctor: ¿Preparada para conocer la ciudad? La visita que hiciste con tus padres solo fue la punta del iceberg tía… Vas a flipar, y esta vez te pienso llevar a todos los festivales guapos que hacen por aquí, ¡Como me llamo Víctor Ruiz!

Mañana iremos a la ¡FRIKICON! ¡FLIPO! Y aunque es más de videojuegos y ciencia espacial, ¿Quién sabe?, a lo mejor se cuela por ahí algún Plumbot o algún utilitybot…

Que impaciente estoy por ver todo lo que tiene que ofrecerme esta hermosa ciudad 😊.

Buenas noches diario 😘.