El día transcurrió como era de esperar. Mientras Casius y Moira iban a trabajar, Liath se iba derecho a la FrikiCon a programar los ordenadores de allí para que solo se pudiera jugar a su juego. Esperaba que la gente no desapareciese Ipso Facto, no podría cargar con aquella culpa sin que lo rompiese en mil pedazos.
Se aseguró que nadie de su familia jugara al Storm Warriors, ni siquiera los amigos más allegados, alegó que el juego estaba teniendo problemas y que el servidor estaba fallando, que se iban a desesperar y pareció que a todos medio convenció.
Ya por la noche, después de haber cenado los chicos prendieron sus ordenadores, estaban listos para volver a aquel lugar.
Tal y como ocurrió la vez anterior, una luz cegadora inundó la estancia y de repente los chicos desaparecieron.
Liath abrió los ojos y volvía a estar dentro del juego, en el dormitorio de la posada en el que se durmió antes de abandonarlo.
Salió corriendo y Casius y Moira también estaban en el pasillo, ya listos para marchar.
Fueron hacia la entrada de la posada y Wendil ya los esperaba, pero no estaba sola. Dos chicas la acompañaban, una Elfa y un Ángel… Cristina y Amira.
Liath: ¿Qué…? ¿Cómo…?
Wendil: Estaban perdidas y he pensado que os podrían servir en el equipo, Moira no puede encargarse sola de curaros, además, ella puede atacar, cuando entrene mejor sus poderes os servirá de mucho en la batalla, una Elfa del Bosque y un Ángel pueden ser grandes sanadoras.
Liath no sabía cómo sentirse, ¿qué hacía Cristina con su amiga Amira allí? Ese no era su lugar, y encima seguro que había cogido aquellos personajes porque eran “cuquis” y no por el poder que pudieran tener en una batalla, estaba claro que iban a ser carne de cañón y eso lo llenaba de rabia, Popy no debía estar allí, ella no tenía que pasar por esto…
Liath: ¡Maldita sea! ¿En serio Popy? ¿Una Elfa del Bosque? El linaje más débil de Elfos… ¿Y un Ángel, Amira? ¡Joder! ¿Pensabais que ibais a jugar a los Fairy Tales?
Casius: ¡Cálmate Liath! Ellas no tienen la culpa…
Liath: ¡Claro que no la tienen joder! ¡La tienes tú! ¡¿Cómo no se te ocurrió avisarla de que no jugara a este juego?! ¡¿Sabes lo peligroso que es?! Y estoy seguro de que no tienen ni idea de juegos de Rol…
Cristina: ¡YA BASTA! Mira, aún estoy flipando de estar aquí metida, yo solo quería probar de jugar un rato con mi amiga al juego que había creado un AMIGO, o al menos eso creía que éramos…
Cristina: Liath, no entiendo nada de lo que está pasando, no entiendo que hacemos aquí ni porque estás tan alterado. Pero si es algo gordo y si ya no hay vuelta atrás necesito que nos lo expliques para poder ayudar. No nos subestimes.
Liath vio la determinación en la mirada de Cristina, así que antes de emprender camino les explicó todo lo que había acontecido la vez anterior y el pacto al que habían llegado con Thornrein.
Caminaron ladera abajo, Wendil les dijo que los llevaría a su Reino, pero debían ir con sigilo, aún no estaban preparados para un enfrentamiento y había muchos centinelas. Era necesario abastecerse de armas y ungüentos curativos, además, Moira debía adquirir un Espíritu Familiar ya que les sería muy útil en el fragor de la batalla.
Llegaron al final del río, y justo delante de ellos, en un pequeño montículo que sobresalía de él se erigía un portal. Primero entró Wendil para inspeccionar la zona y cuando vio que no había peligro hizo la señal para que, uno a uno, todos pasaran hacia el otro lado.
Delante de ellos se encontraron con un largo paseo repleto de tiendecitas, entraron en prácticamente todas.
En la armería Casius se hizo con un arco y flechas y Liath con una espada.
En el boticario Cristina y Amira se abastecieron de todos los ungüentos y de todas las hierbas que en ese momento podían transportar.
Moira por su parte adquirió su Espíritu Familiar, un Fénix. Se sentía muy identificada con él ya que siempre le tocó recomponerse sola ante la adversidad, siempre que caía volvía a resurgir. Decidió que no quería adquirir ningún arma. Entrenaría sus poderes para llegar al máximo nivel, quería llegar al nivel de que con un solo chasquido de sus dedos pudiera ver el mundo arder, pudiera ver arder a Thornrein.
Lo siguiente que hicieron fue entrenar, Wendil los transportó hacia un lugar abandonado, les contó que en sus tiempos de gloria había sido un precioso invernadero, lleno de flores relucientes y con embriagadores olores, pero cuando Sylas se había hecho con el poder todo lo que era bello lo rompió, apagó cada sonrisa, llenó de amargura los corazones de los que allí vivían, la música dejó de sonar y todo quedó en una horrible NADA.
En un momento de descanso Liath se acercó dónde estaban Cristina y Amira.
Liath: Popy, Amira, siento mucho como me he puesto antes… Es que, no esperaba encontrarme más caras conocidas por aquí…
Cris: No te preocupes Liath… Moira nos ha contado lo de Yuki… Siento mucho que la tenga retenida ese monstruo… Te ayudaremos a liberarla, te lo prometo.
Amira: No sufras por nosotras, tendremos cuidado.
Los chicos continuaron entrenando hasta la extenuación. Cuando ya no podían mover ni un músculo más fueron de nuevo hacia la posada, donde todos se acostaron sin apenas probar bocado.
Que fotos más lindas Vero!!! Me encanta lo que estás haciendo con esto ♥️♥️
Hola Vero! Pero que alterado que está Liath… gritarle así a las chicas y a mi muchacho Casius… pero bueno… se entiende… estar encerrado en el juego es para volverse loco… ay Cristina… en dónde te has metido!
Bueno pues… a esperar a ver qué pasa con los chicos
Un abrazo 😘
Pero qué guay te ha quedado!!! No me esperaba para nada que fuesen al reino de la Magia a comprarse cositas, me ha sorprendido y encantado! Qué fotos más bonitas, la de Moira te ha quedado espectacular con su espíritu familiar ❤️ Deseando ver toda la historia del videojuego, estoy emocionada cmo poco! Jajajaja 🥰🥰🥰
Ahora les toca entrenar duro y prepararse para lo que les espera!! Esto coge forma!!!!