13. Una nueva realidad

Liath abrió lentamente los ojos, pestañeó unas cuantas veces incrédulo.

Se levantó de un salto.

Estaba en su habitación, en su habitación de San Myshuno.

Salió corriendo hacia el salón y allí se encontró con Moira y Casius, ya desayunando, en completo silencio.

Cogió un bol de cereales y se sentó con ellos.

Liath: ¡Buenos días chicos! Fua… He tenido un sueño de lo más extraño…

Casius: ¿A que adivino lo que ha sido? Estábamos dentro del juego… ¿Me equivoco?

Ahora lo hablábamos Moira y yo, también hemos soñado con ello y ha ocurrido exactamente lo mismo en los dos sueños…

Liath quería quitarle hierro al asunto, seguro que todo había sido producto de su imaginación.

Liath: Bueno chicos, estábamos juntos cuando pasó lo de las luces de la pantalla… Quizás se nos han conectado las mentes… No hay que darle muchas más vueltas…

Moira: Liath… Yo lo sentí demasiado real…

Es tarde, será mejor que vayamos a currar… Ya hablaremos de esto con más calma esta noche…

El día transcurrió y Liath salió antes de trabajar, tenía unas ganas inmensas de ir a ver a su hermana y su sobrina, así que le pegó un golpe de teléfono y al nada estaba en el apartamento de Alani.

Se dieron un fuerte abrazo.

Alani: Ey peque… ¿Estás bien? Este abrazo me ha sonado a un: Necesito hablar.

Liath: ¿Eh? No, no… para nada… Todo está bien… ¿Qué super poder os dan a las mamis para tener esas ideas?

Solo tenía ganas de jugar un rato con mi enana favorita.

Y, para escabullirse de su hermana y de las ganas tremendas que tenía de contarle lo acontecido la noche anterior, cogió a la pequeña Scarlett y no pararon de hacerse perrerías hasta que llegó Uri de trabajar y se puso a habar con Alani.

Aquella conversación hizo saltar todas las alarmas de Liath.

Uri: Que cosas más raras… En el curro han faltado un par de compañeros… ¡Y son de los que no faltan ni aun teniendo fiebre!

Uri: Hemos estado escuchando las noticias y dicen que desde el apagón de ayer se están dando casos de desapariciones… No sé… todas las noticias ahora mismo son muy confusas… A ver si esta noche dicen algo más…

Liath se quedó petrificado cuando escuchó aquello, Alani y Uri seguían debatiendo y él cerebro de Liath no dejaba de pensar en lo ocurrido en el juego… ¿Y si no había sido un sueño? ¿Y si todo lo que vivieron era real?

Uri: ¡Liath!

¡LIIIIIIIAAAAAATH!

¿Qué te pasa tío? Estás pálido.

Uri: Oye, me voy a poner a jugar una partidilla a tu juego, Storm Warriors ¿verdad?, he probao un montón de juegos menos el tuyo, soy un cuñao nefasto…

Liath: ¡NO!

¡NI SE TE OCURRA JUGARLO!

Liath: Estoy… Estoy teniendo algunos problemillas y casi prefiero que un tío que sabe tanto de programación no vea el juego chorra que he montao… ¡jeje!

En serio tío… Prométeme que no lo vas a jugar…

Liath se despidió de Uri y su hermana rápidamente, tenía que hablar con sus amigos, además, necesitaba comprobar algo.

En cuanto llegó a casa y antes de dejar hablar a sus amigos cogió su teléfono y marcó un número.

“Tuuuuuuut… Tuuuuuut… Tuuuuuut…”

Nadie respondía al otro lado, llamó una segunda vez… NADA.

Así que buscó entre sus contactos y volvió a dar al botón de llamada.

Candy: ¿Liath? ¿Eres tú? Por favor… Dime que mi hermana está contigo… Por favor… Eres al único que me faltaba por llamar… Dime que está ahí contigo…

Liath: Hola Candy… No… Yuki no está aquí…

Oye, cálmate, ¿dijo algo ayer? ¿Tenía pensado ir a alguna parte?

Candy: No… No Liath, no me dijo nada… lo último que sé es que estaba jugando una partida Online a un juego. De repente hubo un apagón y sonó un fuerte ruido en su habitación. Cuando subí para saber que pasaba ella ya no estaba… Su ventana estaba cerrada Liath y yo no la vi salir de casa… No sé cómo coño se ha escapado… La policía cree que estoy loca, pero te juro que Yuki estaba en su habitación.

A Liath se le cayó el alma a los pies, calmó a Candy como pudo, le prometió que la ayudaría a encontrar a Yuki y en cuanto pudo colgó.

Casius y Moira lo miraban apenados, en todos los canales de noticias se escuchaban los mismos titulares, GENTE DESAPARACIDA TRAS EL APAGÓN, y no hacían más que aparecer más y más casos.

Casius: Liath… Todo esto no es tu culpa… No cargues tú solo con ello…

¿Quién se podía imaginar que ese pirado era un Mago Oscuro? Osea… a ver… soy el menos indicado para hablar, pero…

Moira: Fue una decisión de equipo…

Oye, vamos a tomarnos esto en serio, la gente que jugó ayer se ha quedado atrapada en el juego, tenemos que ayudarles, de nada sirve lamentarnos ahora. Está claro que el muy cabrón nos dio un Pendrive hechizado, así que hay que tirar para adelante con todo esto. Se lo debemos a todos los que están ahí metidos.

Estuvieron hasta altas horas de la noche hablando, organizando su estrategia, tramando su plan, la próxima vez que entraran en el juego lo harían preparados.

Una vez todo en claro se fueron a descansar, al día siguiente había FrikiCon. Liath llamaría al trabajo para solicitar teletrabajar aquel día, así podría desplazarse hasta la Convención para empezar con el trabajo que le había encomendado Thornrein, dar propaganda a su juego y que todo el mundo lo jugara. Mal que le pesara debía hacerlo, ya no solo por Yuki sino por todos los que habían quedado allí atrapados.

Aquella noche Moira volvió a levantarse bañada en sudor, las manos le temblaban, tenía la respiración entrecortada. ¿Cuánto hacía que no tenía aquella pesadilla? Todo había cambiado desde que Casius y Liath habían entrado en su vida, su mente no había vuelto a pensar en todo aquello y sin embargo ahora volvía otra vez, como si un mazazo le recordarse lo desgraciada que era en realidad.

Fue a la cocina a beber un poco de agua para despejarse y le sorprendió ver a Casius mirándola fijamente.

Casius: Moira… ¿Estás bien?

No he podido evitar escucharte gritar…

Oye… Sé que me meto donde no me llaman, pero…

Moira: Estoy bien Casius… Estoy bien…

Es todo este rollo de lo que ha ocurrido… Supongo que he tenido pesadillas… No lo recuerdo muy bien…

Casius la miraba con cara de no creerse lo que le estaba diciendo, pero ¿Quién era él para indagar más? No le había pedido su ayuda y estaba claro que Moira lo estaba apartando con esa respuesta, así que simplemente le acarició el brazo y le susurró.

Casius: Oye… Eres una plasta destripa clásicos, pero sabes que si me necesitas estoy al otro lado ¿verdad?

Solo tienes que llamar a mi puerta.

Moira: ¡Jajajaja! Yo no destripo nada idiota, soy realista…

Gracias Casius, de veras… Muchas gracias.

Y los dos se fueron a sus camas con una gran sonrisa en sus labios.