Era una calurosa tarde de otoño, más calurosa de lo normal quizás, los colores ocres y anaranjados bañaban el horizonte de Oasis Springs.
La fina arena se escurría entre sus diminutos dedos haciéndole cosquillas sin cesar. La leve brisa con un olor seco a minerales y tierra acariciaba su rostro sofocando el calor.
Era el día perfecto para que el más pequeño de la familia Menta diera el gran paso a su etapa de niñez. Liath era un infante parlanchín, algo diablillo pero con un gran corazón, hablaba con todo el mundo, si veía a alguien triste se sentaba a su lado para que no se sintiera solo, era un niño de lo más especial.
Amaba a su familia. ¡Mamá y papá eran sus héroes! La yayi lo mimaba como nadie, y su tata era su persona favorita en el todo el simsmundo. Aquella pelinaranja que lo colmaba de carantoñas y juegos, ¿qué sería de su vida si no tuviera aquella sonrisa todas las mañanas al despertar? ¿Sin los cuentos de papá todas las noches? ¿sin el consuelo de mamá cuando algo no salía bien? Liath, aunque era muy pequeñito, era consciente de lo inmensamente afortunado que era.
Jugaba en la arena con su primo Casius, él hacía poco que había cambiado de etapa, ahora era un niño pillo y divertido:
Casius: ¡Jo Liath! Que ganas tengo de que soples ya tus velitas, vamos a jugar un montón juntos ¡ya lo verás!
Liath sonreía a su primo, si… seguro que cuando pasara de etapa todo sería más guay, ya no habría tantas limitaciones, tal vez incluso podría compartir más cosas con su hermana mayor.
Este día no lo solo era el cumpleaños del pequeño, ¡otro Menta se hacía Adulto! Así que Zuria sopló las velas de su pastel. Una nueva etapa se abría paso ante él, una etapa más madura, no falta de responsabilidades, aunque él ya había demostrado con creces que estaba preparado para lo que viniera. Junto a su mujer sería capaz de hacerle frente a todo, su reto estaba casi completado, sus habilidades en repostería y punto estaban al máximo, le faltaba muy poquito para llegar al máximo de aptitud parental, en el trabajo todo iba viento en popa, ya estaba en su nivel 7 de ascenso y su aspiración a ser un SuperPadre la estaba llevando a las mil maravillas. Zuria rebosaba felicidad y sentía que no podía pedirle más a la vida.
Ahora sí, había llegado el momento de Liath. Zuria cogió a su pequeño en brazos y lo llevó hacia la tarta. Después de soplar sus velas Liath se convertía en un estupendo niño con aspiración a “enrollado”, no podía ser de otra manera. Un extrovertido muchacho se encaminaba hacia su meta en este simsmundo.
El primer regalo que le hizo su papá fue un diario.
Zuria: Ahora que ya eres un niño te regalo este diario. Es tradición de la familia Menta que todos nuestros recuerdos queden plasmados en él.
A Liath no le entusiasmó la idea. ¿Porqué perder un tiempo tan valioso de su vida escribiendo cuando podía correr, jugar, saltar, conocer gente nueva?
Todo lo que viviera quedaría grabado en su memoria por siempre. No necesitaba un diario para eso.
El día tocaba a su fin y debían volver a casa, pero Liath y Casius habían hecho otros planes, les pidieron a sus papás si podían pasar aquella noche juntos y después de muchas caritas de pena y mucho insistir se salieron con la suya. Evidentemente aquellos dos diablillos poco durmieron esa noche, pero fue la noche más divertida y especial de sus vidas, leyendo cuentos de terror, jugando al Sims Royale… ¡Qué gran noche pasaron!
Un nuevo amanecer llegaba a Oasis Springs, Liath se despertó pronto, tenía muchas ganas de seguir jugando con su primo y explorar su nueva etapa. Después de asearse y desayunar salieron al patio a jugar.
Casius: Oye Liath, esta tarde he quedado con mis amigos para ir al parque ¿te apuntas?
¿Pero qué pregunta era aquella? ¡Por supuesto que se apuntaba! Tenía muchas ganas de conocer a más niños y jugar con todos ellos.
La mañana transcurrió y llegó el momento de salir hacia el parque, estaba cerca de la casa de sus tíos así que les permitieron ir solos.
Al llegar se encontró con dos muchachos más, Nuria era una niña pizpireta y alegre, siempre haciendo bromas. Sergio era puro nervio, muy competitivo pero que en el fondo era todo un bonachón.
Jugaron a batallas galácticas, al baloncesto… incluso aprovecharon la piscina del parque para darse un chapuzón y aliviar el sofocante calor. ¡Se les pasó el tiempo volando! Ya anochecía y tocaba volver para casa. Liath tuvo claro en ese instante que iba a exprimir cada instante de su vida, que iba a disfrutar de cada segundo de su existencia, conociendo gente, viviendo aventuras. CARPE DIEM se convirtió en su lema.
Bueno, comenzamos con la generación griissss 😃 a ver el otro lado de la moneda de los hijos de Zuria 🤭🤭🤭
Estoy comenzando a leer tu generación gris y aquí ya me tienes enganchada!!! Más cuqui no puede ser el capítulo 😍😍😍
Qué hermoso está el peque 😍😍😍 Y qué grupazo de amigos se armó 🤩💖
¡¡Qué me muero aquí mismo! Sólo hay una palabra que describe lo que estoy sintiendo en estos momentos, ¡¡TERNURA!! Ay por favor es que es simplemente lindo😍😍 ya le anda haciendo competencia a la hermana por quién será mi favorito entre los dos. ❤️❤️
Ains mi otro nietoooo!!! Mira q es bo itooo tia❤️❤️❤️ estoy deseando ver su historia ❤️❤️❤️