1. Alani Menta

Querido diario, tengo que decirte que estoy hasta las mismísimas narices del colegio. Siempre he sido un tanto especial, lo reconozco, no termino de encajar con nadie…

Soy de pocas amistades, solo tengo a los hijos del grupo de amigos de papá pero la mayoría están tope lejos, cerquita solo tengo a Taro, que es el hijo de Jordan e Isao, los mejores amigos de papá. Victor vive en SanMyshuno con sus papás, Joana y Lucas, y nos vemos de higos a brevas y ya más lejos, en Brindleton Bay, está Layla la hija de Coral y Alaris, los más especiales de todo el grupo, son vampiros...

Tengo el pelo naranja, pecas y soy súper torpe, tengo las manos de mantequilla y dos pies izquierdos, todos se ríen de mí en clase, están deseando que el profe me llame a la pizarra para ver si me resbalo o si se me caen los apuntes… Menos mal que no me hacen falta gafas como a papá porque si no, no sé qué sería de mí en aquella jungla llamada escuela.

Papá y mamá me dicen que no les haga caso, que soy una personita súper especial y que valgo mucho, pero yo creo que me lo dicen solo porque me quieren, estoy tan desanimada... El abuelo también me intenta animar, sobre todo cuando me quejo de mi pelo, ¡él lo tenía de color menta! ¿Por qué he tenido que nacer en una familia tan rara?

Taro no va a mi clase, solo nos vemos a la hora del patio, así que el resto del día lo paso sola, ensimismada en mis libros de robótica e informática. En cuanto me termino uno, voy volando a la biblioteca a coger otro, es increíble la de cosas que se pueden hacer con unos cuantos chips y circuitos. ¡Cuando sea mayor voy a crear mis propios robots! Tal vez me gane la vida con ello…

Hoy ha venido Conrad con ganas de pelea… Como siempre que viene a clase de mal humor su blanco perfecto soy YO… Le encanta mofarse de mí, si no es por mi pelo es por mis pecas, y si no, porque soy una friki pegada a un libro o porque soy un patosa… cualquier excusa es buena para dejarme en ridículo.

No tenía otra cosa que hacer que pringar tooooodo el suelo con las pinturas de clase, justo al lado de mi pupitre, entonces me ha soltado:

Conrad: bueno naranjita pecosa, ¿preparada para quedarte hoy sin patio? Verás lo que le va a parecer a nuestra querida maestra… y pobre de ti que digas que he sido yo…

Así que efectivamente la profe en cuanto ha llegado lo primero que me ha soltado:

Profe: ¡¿Alani qué es todo esto?! ¡No es propio de ti! Tendrás que quedarte a la hora del patio a limpiar todo este estropicio.

Estaba roja de ira, ¡odio a Conrad con todas mis ganas! Le miré fugazmente y vi como una sonrisa se dibujaba en su rostro.

¡He llegado a casa y he explotado!

Alani: ¡No quiero volver nunca más a ese colegio! ¡¡NUNCA, NUNCA, NUNCA!! Todos se ríen de mí, me castigan sin tener culpa… ¡Estoy harta!

En seguida vino papá al rescate.

Zuria: Ey, ey, ey… ¿Qué te pasa mi vida? ¿Qué ha ocurrido? ¿Por qué vienes tan disgustada?

Mamá, que estaba preparando la cena, se asomó también al salón y se quedó con nosotros.

Alani: Es Conrad, la tiene pillada conmigo, yo no le hago nada y él solo hace cosas para que me castiguen y me amenaza… Estoy cansada, quiero irme de ese colegio.

Mamá es maestra en ese colegio y sabe perfectamente quien es Conrad, el hijo mimado del alcalde de Windenburg, sabe que no pueden hacer nada con ese niño y que es intocable, campa a sus anchas por el cole como si nada y no soy a la única niña que tiene entre ceja y ceja.

Papá me abraza y me intenta reconfortar, es una mala racha, dice, y todo se arreglará, no puede ir mal eternamente. Me da la sorpresa que este finde nos vamos a Oasis Springs a ver al tío Naos y tía Liliam. ¡¡QUÉ BIEN!! ¡Podré jugar con mi primita!

Así que ahora me voy a la cama un poquito más feliz. Buenas noches diario.