15. Hablemos

Me puse muy nervioso… ¿por qué no me había contestado? ¿Le había pasado algo a Becca? No quería ni imaginarlo… Dios Nane… ¡¿Cómo has sido tan estúpido?! Ella es tu familia, ella es la que ha estado siempre ahí, ¡claro que estábamos bien así! No necesitaba nada más y ahora lo tenía claro.

Las horas no me pasaban, deseaba coger la puerta y presentarme en casa de Julia y a la vez estaba totalmente asustado… Acojonado. ¿Y si le había pasado algo? ¿Y si había tomado la decisión de romper y seguir con su vida? ¿Y si ya no había marcha atrás? No estaba preparado para eso...

Entré en casa de Julia, y ahí estaba, preciosa, sentada en el sofá, mirándome. El corazón se me iba a salir del pecho, tenía tantas ganas de abrazarla, de besarla, tenía tantas cosas que decirle… Julia salió y antes de que me pudiera acercar Becca dijo: "Nane, tenemos que hablar…"

Me quedé petrificado. No… otra vez esa frase no… La iba a perder. Empecé a llorar, se me escapaba y volvía a ser por mi culpa. Quería gritarle que la amaba, que sin ella la vida no tenía sentido. Pero todos esos gritos quedaron ahogados en mi garganta. Ya estaba, no podía hacer nada.

Becca: Nane, la verdad es que me has dado mucho tiempo para pensar en ti... en mi... en nosotros… creo que a veces el amor a primera vista no lo es todo, no es suficiente…

Seguía hablando pero yo ya no escuchaba. Todo se había terminado, Becks rompía conmigo y sabía que me lo había ganado a pulso.

Me derrumbé, solo quería salir corriendo de ahí, entonces Becca me abrazó.

Nane: Lo siento tanto Becks, he sido un imbécil. No necesito nada más para ser feliz, sólo te necesito a ti. La he cagado, entiendo que ya no quieras saber nada de mí, me marcharé y te dejaré tranquila…

Becca: ¡No has escuchado nada de todo lo que te he dicho chico Menta!

En sus ojos había signos de enfado y diversión.

Becca: Tienes 2 grandes motivos por los que no vas a cruzar esa puerta mi querido chico Menta: 1. Es lo mucho que te amo y 2. Es el bebé que estamos esperando…

La cabeza me daba vueltas… ¿¿¿CÓMO??? ¿¿¿Había escuchado bien??? No solo me había dicho que me amaba, cosa que ya me hacía inmensamente feliz… ¿¿Íbamos a ser padres?? ¿¿Cómo?? ¿¿En que momento?? ¿¿¿CÓMO???

Becks me vio la cara de asombro y me explicó.

Becca: Ya llevaba un mes que no me sentía muy bien. Al marcharte de casa empecé a sentirme peor, vomitaba mucho, estaba muy cansada… creí que todo era debido a la tristeza que sentía, ha sido el mes más duro de mi vida Nane…

Julia venía a casa cada día para ver como seguía y al ver que mis nauseas no cesaban me compró un test de embarazo… que paradojas de la vida. Ayer vine aquí a dormir, no quería hacerlo sola y bueno, ya sabes el resultado. Por eso te llamó, quería hacerlo yo pero no me coges el teléfono.

Nane: Becks… yo… lo siento tanto…

Becca: Nane, siento haberte herido, yo mejor que nadie sabía lo importante que es para ti tener una familia, pero me entró el pánico. Estamos tan bien juntos, han sido 3 años maravillosos, no quería que nada cambiara… tengo tanto miedo a perderte…

No pude contenerme más, la abracé, la besé, necesitaba tanto esos labios, necesitaba sentir sus suspiros y gemidos, si no fuese porque estábamos en casa de Julia le hubiese arrancado la ropa allí mismo, la deseaba como nunca…

Nos despedimos de Julia y no nos dio tiempo a llegar ni a la habitación, la necesitaba con urgencia, hicimos el amor en todos los rincones de casa… Que bien sentaba volver al calor del hogar…

Así que aquí estoy escribiendo mi cuaderno. Por fin en casa, con mi mujer, a la que amo locamente, y con la ilusión de que ¡VOY A SER PADRE! Aunque Becks ya me ha puesto condiciones. Nada de saber el sexo del bebé, quiere que sea sorpresa, ¡ah! Y el nombre lo elige ella. ¡Si mi general!